El arrepentimiento de Sandra

Mujer transexual lanza un libro donde critica la ideología de género y, ley de identidad trans española, además, denuncia que el cambio de género convierte a la persona en enferma de por vida.

Por Diversomos

30/10/2022

En el año 1986, en un pequeño pueblo del campo español, nació Sandra Mercado, se crió en un mundo, donde la heterosexualidad era la norma, haciéndole ver que tenía una realidad diferente a lo que sentía.

Su madre le apoyó, mientras que en su padre, quien tenía problemas de alcohol y drogas, no hubo aceptación, algo que también observó en sus abuelos.  Cuando Sandra salía de casa, vestida con los colores que se llevaban durante los 90 –o los cabellos característicos de la época– le decían “maricón, ¿dónde vas con eso de niñas?”.

Las diferencias también las vivió en el colegio, donde el bullying fue la constante, motivo, no pudo terminar sus estudios. “Yo sufrí mucho la discriminación, todo el mundo me insultaba”, explica al medio EL Debate.

En Barcelona, ciudad a donde llegó para estudiar Arte Dramático, comenzó a decaer. “Empiezas a avergonzarte de tu cuerpo y te avergüenzas de ser homosexual. Sentía que estaba cometiendo un delito”, comenta.

Durante este tiempo, creció y compartió, con amigos que no le convenían, comenzó a conocer el mundo de la noche, donde descubrió de la disforia de género. “Por mucho que yo llevaba ropa de chica, yo en el espejo veía un hombre y odiaba mi vello corporal al igual que algunas facciones”.

Un día, cuando su madre decide separarse del padre, ésta decide contar a su progenitora que era una mujer. Le comentó de los tratamientos hormonales, que aprendió con quienes se reunía, además, de todo lo relacionado a procesos del llamado “cambio de sexo”.

Una vez tomada la decisión, Sandra, acude a un psicólogo, quien le vio femenino y de voz fina, dándole la razón en el proceso que iniciaba.

“Lo que yo denuncio, al día de hoy, es que cuando una persona con disforia, consulta a un psicólogo o psiquiatra, lo que hay que hacer es indagar en la raíz del problema que tiene esa persona, porque esa persona tiene disconformidad con su propio cuerpo, y no hay que empujarlo a mutilarse”, comenta.

Sandra, señala que, tal como ocurre con otros transexuales, comenzó a medicarse antes de tiempo: “Te decían qué tomar en la calle. Además, tuve que ejercer la prostitución para poder pagarme los tratamientos”.

Además, recuerda, que mientras acudió a un endocrino, quien le receta más hormonas, no visitó ningún profesional de la salud mental. “Este endocrino privado me llevó un control durante un buen tiempo con estrógenos pinchados, me dio un andrógeno, que es un medicamento muy tóxico y que lo siguen recetando, ya que hoy es un medicamento que se usa para el cáncer de próstata”.

Durante esta etapa, Sandra, comenzó a sentir efectos secundarios en el cuerpo que no eran habituales, no obstante, inicia las citas en la Unidad de Género del Hospital Clínico de Barcelona para realizar una vaginoplastia.

“En el periodo de reflexión no me preguntaron si me gustaba el rosa y si me vestía de chica o si en el sexo era activa o pasiva”, relata Sandra. Aun así, decide realizar la operación, la cual tenía lista de espera de seis años. “Yo tenía ansiedad, ataques de pánico, depresión, pero me sentía feliz porque creía que iba a cumplir mi sueño”, cuenta.

La operación fue realizada, un nuevo mundo llegaba para ella, pero, a una realidad se enfrentó, entre dolores y sufrimiento, comenzó a dudar. “Todo esto es muy experimental. Me dieron documentos para firmar que no vi. Entre otras cosas, acepté sin saberlo que me grabasen haciéndome una vaginoplastia, que lo veo bien si es para seguir avanzando en la ciencia. Ahora, he recuperado todos los informes”.

Tras su operación, la sangre perdida fue bastante, no siendo tomado en importancia. Rememora que todo fue tomado en secretismo. A medida, que los dolores aumentaban, le pusieron analgésicos y morfina, creando en ella alucinaciones y un aumento en sus ataques de ansiedad.

Años después, sigue experimentando problemas de salud, con dolores fuertes e inflamación en su uretra, fue tratada con analgésicos que su médico le enviaba: “Tener problemas después de pasar tanto dolor, psicológicamente te machaca y acabas mal”, explica Sandra.

Durante su proceso transicional, Sandra, comenta que le construyeron una vagina, pero nada estaba como le dijeron, señala, que le ocultaban información. “Ahí me di cuenta de que éramos conejillos de indias, porque el doctor me dijo que estaban probando cosas nuevas”, admite.

Tres años después, las complicaciones volvieron, ante lo cual, pensó en una infección urinaria, una información errada, motivo por el cual, comienza su propia investigación, descubriendo que, durante la operación, le dejaron mal el suelo pélvico. El error médico no le informó de un problema, el cual, tendrá que tratarse de por vida.

“Cuando veo todo lo que me pasa y pienso que hay madres que se llevan a sus niños a que les den hormonas cruzadas, es una locura. Deben pensar en cómo estará ese hijo en 50 años, pero no psicológicamente, sino mentalmente”, avisa Sandra.

Las vivencias de su transición sexual, sus complicaciones, problemas y, omisiones médicas, han sido plasmados en su libro  La estafa del transgenerismo  que saldrá a la venta a principios de noviembre.

Críticas a Ley Trans de España

Luego de tanto dolor, físico y mental, por el cual tuvo que pasar, Sandra, le parece deleznable que la polémica ley trans llegue a su aprobación impulsada por el Ministerio de Igualdad, bajo las órdenes de Irene Montero.

“Es como si el Estado quisiera adueñarse de los menores para experimentar con ellos. Es terrible porque ese niño o niña necesita ayuda. Todos los que sufrimos disforia necesitamos ayuda de verdad. Y que la transición sea la última opción”, comenta Sandra.

″Tienen que investigar para salvar vidas, porque cambiar de género te convierte en un paciente enfermo de por vida″.

A pesar que ya no desea tomar medicamentos de por vida, no tiene más opción. En la actualidad, continúa regularmente visitando médicos, mientras se mantiene con las secuelas de una operación realizada sin mucho conocimiento. Sus dolores de estómago e, intestinos, asoman: “Las hormonas femeninas me han dejado en el estómago como dispepsia o distensión. Me han dejado una hinchazón estomacal que ya es crónica”, concluye.

Fuentes:

Fernández, María. (22/10/2022). Sandra, transexual arrepentida: «Cambiar de género te convierte en un paciente enfermo de por vida». https://www.eldebate.com/sociedad/20221022/te-convierte-en-un-paciente-enfermo-de-por-vida_67781.html

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