Recordando la primera exposición pública de la homosexualidad en Chile ocurrida el año 1973 bajo un gobierno comunista.
Por Diversomos
29/04/2024
Este mes de abril de 2024 se cumplen 51 años de la primera manifestación homosexual ocurrida en nuestro país y bajo un gobierno comunista. Fue un día domingo de abril, específicamente un 22, cuando un grupo de homosexuales reunidos en plaza de armas de Santiago exigen el término de los abusos a los que son constantemente sometidos.
Quien organizó la protesta fue “La Gitana”, de 26 años un homosexual travesti y, prostituto, que además realizaba lectura tarot en los alrededores de la plaza. Junto a ella se encontraban la Raquel, Katty Fontey, la Doctora, la Roberta, la Belén, la Bambi, la Pupa, la Estrella, la Eva, la Larguero, la Fresia Soto, la Natacha, la Peggy Cordero quienes fueron las caras visibles de esta primera manifestación homosexual ocurrida en Chile.
La Raquel, descrita en un artículo de The Clinic, como un bello travesti de pelo negro, misterioso y solitario, fue una de las participantes que no soportaba la represión policial y, burlas de la gente, comenta que “Ese fue el motivo de la marcha”.
“La policía nos perseguía mucho. Nos veían y nos llevaban altiro detenidas por ofensas a la moral y las buenas costumbres. La Primera Comisaría de Santo Domingo era como un hotel para nosotras. Ahí nos pegaban y nos rapaban al cero. Y eso era lo que más dolía. Después, a una le daba vergüenza mirarse al espejo y los clientes no te daban ni la hora”, agrega Raquel.
Varios de los asistentes tenían en común problemas personales mientras se reunían en diferentes locales cercanos a la plaza de armas en aquella época “Todas estábamos en la misma situación, vivíamos en la calle, porque en ese tiempo no era muy acontecido ser homosexual, ni una cabra soltera con una guagua era bien mirado, imagínate un homosexual. Todas practicábamos el trabajo sexual, pero no abiertamente. No faltaba el hombre que sabía que uno a esas horas de la noche no iba a andar rezando el rosario”, comenta Katty Fontey.
Raquel Troncoso comenta que “Se organizó sin querer queriendo. Gritábamos que éramos libres frente a la opresión de la policía, de la gente, del qué dirán, pedíamos que no nos miraran en menos, todas esas cosas. También pedíamos el matrimonio. La gente nos miraba, algunos aplaudían y otros murmuraban”.
¡Queremos que no nos peguen, no somos delincuentes!”, muchos cánticos de ese día de una protesta que duró menos de una hora por el miedo a la llegada de la policía y las detenciones.
Eran tiempos diferentes donde existían los artículos 373 y 365 del Código Penal para perseguir a la homosexualidad. “Era terrible, era como si a ellos (policías) los fueran a subir de grado entre más reprimían a los homosexuales de calle que se les notara. Pero no andábamos haciendo nada, mariconeando nomás, no sé qué podían ofenderse si los hombres que uno pinchaba eran mayores de edad y uno ya sabía a lo que iba y los hombres también. Cuando ya tenía uno muchos arrestos la pasaban a la cárcel y la ofensa a la moral tenía condena, entonces una tenía que hacer seis o tres meses, según cuantas veces te pasaban al juzgado de policía local”, comenta Katty Fontey presidenta de Traves Chile.
Como precursora la Gitana llamó a sus colegas a organizarse. “Un día nos dijo que nos juntáramos y comenzáramos a gritar tal cual lo hacían los estudiantes y los muchos gritones de esa época (…) Nos juntamos puntuales a las siete. Y gritamos y bailamos los ritmos de moda tipo ‘Música Libre’. Era nuestra forma de llamar la atención”, agrega Raquel.
Reacciones sociales de la marcha
Frente al conocimiento de la marcha la prensa, en sus portadas, destacaron con diversos epítetos y denostaciones a quienes integraron la marcha y protesta. Los medios afines al gobierno de la época tuvieron fuertes expresiones para quienes pidieron respeto.
“Colipatos piden chicha y chancho”. Fue la portada del diario El Clarín afín al gobierno comunista, continuando con la nota a la noticia en esta decía “repugnante espectáculo” y, el título más que claro: “Ostentación de sus desviaciones sexuales hicieron los maracos en la Plaza de Armas”. En el texto trataron a las manifestantes como “las colas rascas”, “yeguas sueltas” y “asquerosos especímenes” y aseguraban que detrás de la organización del evento estaba una agrupación llamada “Movimiento de Liberación Homosexual”. Incluso, la redacción agregó: “con razón un viejo propuso rociarlos con parafina y tirarles un fósforo encendido”.
Puro Chile, otro medio cercano al gobierno comunista, se refirió a los participantes como las “colas rascas desyeguadas”, los “maricones santiaguinos” y los “colipatos”.
Claudio Barrientos, historiador y profesor de la Universidad Diego Portales, comentó “El contexto de los sesenta y setenta para la izquierda latinoamericana es uno en que la homofobia es parte importante de la construcción de las identidades de género y de las relaciones entre los individuos y por eso, tanto como los sectores conservadores, la izquierda también tenía un discurso de rechazo a las identidades LGBTQI. Las consideraban en algunos sectores más ortodoxos como una desviación capitalista que se experimenta en la sociedad. Existía el prejuicio de que eran personas no aptas para los rigores de la militancia o de la insurgencia y eran marginados de los movimientos, partidos y vanguardias políticas”.
En Chile será histórica esta manifestación por visibilizar una homosexualidad libre de organizaciones, libre de izquierda y, sus panfletos, esta demanda solo nació de manera espontánea entre a quiénes les unía en común su orientación sexual y, que solo pedían a la sociedad, un poquito de su igualdad y respeto. “Yo creo que sentó los precedentes de dónde vienen las primeras luchas y marchas. Y demuestra que esta historia de luchas no viene de los años 90 y no nace con el Movilh, ni con Iguales, ni con Acción Gay sino que hay antecedentes previos”, dice el historiador Juan Carlos Garrido.
Raquel, una de las protagonistas, comenta “Fue algo histórico, porque hicimos lo posible por sacar la voz en ese tiempo antes de que poco después todo se callara —por el golpe—. Si hasta el momento se habla de esto, entonces es una huella que una dejó y que tienen que seguir a futuro las que vengan más adelante”, recuerda.
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