Museo exhibe lo mejor del arte homosexual oculto

Museo de Nueva York realiza muestra con lo mejor de su pinacoteca con varias obras y su esencia lgtb de fondo.

Por Diversomos

24/06/2022

El Museo Metropolitano de la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos, invita este mes de junio a la comunidad a participar de las visitas guiadas donde podrán apreciar lo mejor de la pinacoteca de arte cuyos autores ocultaron la orientación sexual por miedo a represalias de sus contemporáneos.

Allen Maniker voluntario del museo, quien realiza las visitas guiadas, sugiere cuatro “obras de arte relacionadas con la comunidad LGTB y que están escondidas a simple vista” para un observador mundano.

Cuando se hicieron estos trabajos, las normas sociales eran tales que cualquier conexión con la comunidad LGTB no podía expresarse abiertamente. Todo se cubría mucho, se soterraba”, explica Maniker quienes participan del periplo artístico y, que pagan la cuota anual de socios.

El secreto arte homosexual

Entre las obras seleccionadas por el cicerone del museo se encuentran piezas de arte las cuales entre sus pinceladas ocultaron vidas de amores clandestinos y pasiones desbordadas, en las cuales sus allegados o entendidos, iniciados de la época, pudieron sentir el profundo significado tras los trazos del cuadro observado.

En el momento en que se hicieron estas obras, a menos que uno fuera consciente entonces del tipo de trasfondo secreto del material que se retrataba o de la orientación del artista o de la persona que se retrata, no tendría idea de que había alguna conexión con la comunidad LGTB”, insiste Maniker, antes de declarar que ahora esas conexiones se pueden contar “de manera abierta y con orgullo”.

El primer lienzo a observar es el más antiguo del recorrido “Marcantonio Pasqualini coronado por Apolo”, que la paleta del italiano Andrea Sacchi dio a luz en 1641, el cual nos muestra un dios Apolo con sus atributos protagonizando el centro de la composición, coronando al castrato soprano Pasqualini (1614 – 1691), vestido de pastor y quien se cree, fue amante de su protector el cardenal Antonio Barberini, un conocido mecenas de las artes.

Apolo, con rostro y pose afeminados, victorioso ante Marsias, el sátiro que perdió el concurso musical cuyo cuerpo fue ejecutado con pinceladas ásperas y sin el acabado que el autor dedicó a Apolo.

Todo para “destacar la naturaleza elitista de Apolo, en oposición a la rudeza de Marsias”, señala Maniker.

El recorrido continúa hasta el “Retrato de un oficial alemán”, obra pintada al inicio de la primera guerra mundial por Marsden Hartley en Berlín. La pintura abstracta, conjuga el cubismo y expresionismo alemán, esconde la honra, de este artista homosexual, a la memoria de su amante, el militar prusiano Karl Von Freyburg, fallecido en combate cuando tenía 24 años.

Esto es, realmente, el epítome del amor de un hombre por otro, pero que está escondido a simple vista”, aseguró Maniker, en referencia a que el autor no dejó ninguna pista que pudiera “delatarlo”.

Continuando con el recorrido se llega a “Gertrude Stein”, ejecutado por el español Pablo Picasso entre 1905 y 1906, en este cuadro el pintor inmortalizó a la escritora lesbiana, quien nunca se separó de la pintura que le fue regalada por el español y que tras la muerte de Stein en 1946 pasó a ser la primera obra del artista malagueño del Metropolitano.

Maniker cuenta, que según quienes la conocían, a Stein no le gustaba hablar de su orientación sexual, y siempre solía decir “Yo estoy interesada en lo que la gente produce, lo que hace en sus camas no es asunto nuestro y lo que hacemos en las nuestras, tampoco es asunto suyo”.

La siguiente obra es “Feria de Caballos”, la que muestra el mercado equino de Boulevard l´Hopital de París, representa una recua de caballos conducida por varios hombres en un tumultuoso juego de colores, curvas y movimiento.

Rosa Bonheur la artista tras la pintura, se vistió de hombre para la ejecución del lienzo de 4,8 metros de largo y 2,5 metros de ancho, y estuvo dos veces por semana durante un año y medio realizando los bosquejos. Bonheur requirió de un permiso de las autoridades para acudir vestida de hombre para asistir a la feria y evitar ser acusada por atentar contra la moral.

La artista, quien le gustaba vestir de hombre en su hogar, se demoró tres años en completar la pintura en la cual para la posteridad pintó su propio retrato, caracterizada entre sombras, como uno de los jóvenes que jalan los caballos.

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Fuente: EFE

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