Películas que por décadas, la Iglesia Católica utilizó para catequizar, fueron realizadas por un director homosexual.
Por Diversomos
18/04/2022
Desde su estreno, en la década del 70, los filmes Jesús de Nazaret y Hermano Sol, Hermana Luna, han sido vistos por más de 800 millones de personas, las dos películas fueron encargadas por el Vaticano al director Franco Zeffirelli, que aunque recién en sus años finales se animó a hablar de su vida privada, era un conocido director homosexual que hasta fue pareja del cineasta italiano más importante de la época.
Nacido en Florencia el 12 de febrero de 1923, en su autobiografía, Zeffirelli, destacaba que su nacimiento fue un “escándalo” para su época. El director describía a su padre, Gianfranco Corsi, como un “tipo desordenado pero simpatiquísimo”, un comerciante casado que vivió un romance clandestino con Adelaide Garosi, una costurera también casada. “Mi madre encabezó el funeral de su marido embarazada de otro: un escándalo terrible”, escribió. “Como no podía darme el apellido del marido, ni de su amante, escogió el nombre del aria de Idomeneo de Mozart, Zeffiretti, que adoraba”. Al anotarlo en el Registro Civil, el empleado no entendió bien, escribió mal, y quedó Zeffirelli.
Seis años después, su mamá murió de tuberculosis, su padre intentó criarlo, pero la esposa llamaba al niño “el bastardito”, así que se entregó su crianza a dos solteronas y una viuda inglesa que le transmitiría la pasión por Shakespeare. Zeffirelli recordaría su niñez como un tiempo “profundamente doloroso”, rodeado de mujeres afectuosas pero con el estigma de “bastardo”, y donde los hombres se presentaban como seres muy aburridos pero también peligrosos.
De chico fue acosado sexualmente por un sacerdote. “Quedó satisfecho después de realizar su deseo escondido con el simple contacto de mi cuerpo… Después se precipitó al confesionario llorando de arrepentimiento”. Recreó esa tortuosa infancia en una de sus películas más recordadas: Té con Mussolini.
Zeffirelli se mudó a Roma para estudiar, se inscribió en la Academia de Bellas Artes en la Facultad de Arquitectura, a pesar de recibirse de arquitecto, el director se sintió atraído por el teatro, donde se unió como actor y conoció a Luchino Visconti, el gran director de cine, teatro y ópera. Vivieron un amor “atormentado, roto, pero nunca apagado”, que terminó no por una infidelidad sino porque Visconti, luego de un robo en su casa, puso a Zeffirelli en la lista de sospechosos.
Zeffirelli fue ayudante de dirección de Visconti en los rodajes de La tierra trema, Bellísima y Enson. Asistió a otros directores del cine italiano como Michelangelo Antonioni, Vittorio De Sica y Roberto Rossellini. En la década de 1950 se independizó para trabajar como escenógrafo, decorador, diseñador, de vestuario de ópera.
Las películas de difusión cristiana
En 1968, su película Romeo y Julieta recibió aplausos y cuatro nominaciones al Oscar, de las que ganó dos. En el año 1972 inicia su lado religioso con la filmación de Hermano Sol, Hermana Luna, que narra parte de la vida de San Francisco de Asís. El guion fue escrito por Zeffirelli, la película fue un gran suceso, miles de adolescentes católicos llenaban los cines para verla en familia o con sus grupos juveniles. Las canciones se interpretaban en misas celebradas en todo el mundo. Por esta cinta Zeffirelli resultó nominado al Oscar como mejor director.
Mientras el italiano cosechaba éxitos, la Iglesia vivía una revolución que significó el Concilio Vaticano II, a Juan XXIII, el Papa bueno, lo sucedía un adusto pero igualmente comprometido Paulo VI. Fue este pontífice que notó el éxito de Moisés y Los hechos de los apóstoles, dos programas religiosos emitidos por la televisión italiana, y propuso filmar la vida de Jesús.
Ante la propuesta, se propuso a Ingmar Berman, quién como hijo de pastor luterano, sabía de fe, el problema era el rodar en la isla sueca donde vivía, algo complicado para la época. Una persona propuso a Zeffirelli, su nombre era conocido y reconocido, sus recreaciones históricas eran rigurosas, era declarado católico y ex compañero de Paulo VI en la Acción Católica. Pero también era homosexual, algo que la Iglesia condenaba.
Al ser convocado, Zeffirelli, recordó que el cardenal Montini, luego Paulo VI, al conocer su vocación por el teatro, le dijo: “En otra época te habrían impedido ser enterrado en tierra consagrada, pero ahora la Iglesia cambió, tanto que te acogemos como un instrumento de difusión de buenas ideas y buena esperanza”.
La homosexualidad de Zeffirelli fue tolerada, solo por ser discreta. Para interpretar a Jesús, el director buscaba un actor de habla inglesa, porque la historia se rodaría en ese idioma, y no había presupuesto para doblarlo, para el rol de Jesús se pensó en Dustin Hoffmann y Al Pacino, pero sus rostros eran conocidos, así que podría ser contraproducente. El director viajó a Inglaterra, donde luego de ver algunas obras, conoció a Robert Powell, siendo convocado para interpretar a Judas.
Después de la prueba, Zeffirelli quedó impactado por los ojos del actor y pidió que audicionara para el rol de Jesús. Vestido y maquillado, con las ropas que usaría el Nazareno, el resultado fue sorprendente: el inglés no solo cumplía su rol con actitud, también irradiaba magnetismo. Elegido el protagonista surgió otro inconveniente. Powell vivía con su pareja sin encontrarse casado, algo expresamente condenado por la Iglesia en ese momento, para evitar problemas sugirieron al actor pasar por el altar, algo que acató.
Jesús de Nazareth comenzó a rodarse en septiembre de 1975 y finalizó en mayo de 1976. Se estrenó el domingo 27 de marzo de 1977 en la televisión italiana, donde se transmitió en cinco capítulos de una hora y cuarto de duración. Después se exhibió en el Reino Unido y en Estados Unidos. 700 millones de personas la vieron en todo el mundo, menos en Egipto, ya que fue prohibida por sus líderes religiosos.
A pesar que la película fue criticada por algunos religiosos por mostrar a un Jesús humano, cercano y poco divino, igualmente Paulo VI recibió al director en audiencia privada para felicitarlo. La composición de Powell se reprodujo en millones de estampas religiosas, todavía hoy se encuentran en algunas santerías. El director recibió cientos de cartas de personas que se sintieron impresionadas, y a menudo le contaban, que se habían vuelto creyente tras ver su Jesús de Nazaret.
A cinco décadas de su estreno, para Semana Santa algún canal de algún país del mundo la incluye en su programación. A veces en capítulos de una hora de duración, pero otras en su versión completa: seis horas, 20 minutos. Lo más curioso sucede en Chile, donde desde 1982 se la emite entera y es un fenómeno de audiencia que duplica a la competencia. Cuando le preguntaban al director por semejante éxito y vigencia, contestaba: “Yo solo hice lo que se podía hacer como cristiano que soy hasta las entrañas del espíritu”.
Zeffirelli murió el 16 de junio de 2019 a los 96 años, sin saber si creó una obra ilustre o no, pero convencido de que “si un solo fotograma consigue sacudir a alguien, despertar en él el eco de ese mensaje divino que todos llevamos dentro, no solo estarán justificados todos los sacrificios que hemos hecho sino que además habrá dado un sentido a mi vida entera”.
Fuente: Infobae