Una triste realidad viven las personas LGTB en Venezuela, donde los riesgos para la comunidad pueden ser mortales.
Por Diversomos
13/04/2022
La comunidad LGTB, en la dictadura de Venezuela, es caricaturizada e insultada. En este país el matrimonio igualitario no es legal y las adopciones son imposibles. Los insultos, a las personas de la comunidad, provienen desde personas comunes hasta políticos.
Daniel Silva y René Ferrer, son una pareja de venezolanos, quienes han documentado las diferentes ofensas que reciben en su barrio de Caracas. En Venezuela, país conservador, ser homosexual es un riesgo. Durante el año 2021 fueron asesinadas 21 personas pertenecientes a comunidad LGBT.
La cifra de asesinados proviene de ONG Somos, debido a que en el país las autoridades no entregan información de la violencia que ocurre, y muchos menos, si es relacionada a la orientación sexual. De los 21 asesinados, “en aparentes crímenes de odio por orientación sexual, identidad y expresión de género”, 11 eran hombres homosexuales; siete, mujeres trans, incluida una cuyo cuerpo fue descuartizado; y tres mujeres lesbianas.
“Me siento preso en mi propia casa”, dice Daniel, un diseñador gráfico de 34 años, en entrevista con la Voz de América. “Siento que pueden agredirme físicamente”.
La vida bajo amenaza
“Van a morir malditos maricones” es el mensaje homofóbico escrito con lápiz en el edificio donde viven Daniel y René, Otros escritos, que fueron pintados en la entrada de su departamento, los han borrado “por salud mental”.
En Venezuela la homosexualidad es caricaturizada en la población en general, desde una persona común hasta políticos, y aunque es cada vez más común escuchar discursos de tolerancia, muchas parejas LGTB deben vivir “eternamente en el closet”, afirma René.
Agrega que “Si en algún momento quiero tener un acto de cariño con mi pareja en público y se me ocurre tocarle la mano tengo el reproche social, veo la cara de terror porque, guao, dos hombres se están expresando cariño y amor”.
“Me cansé de eso”, señala y agrega que debe estar en “pie de guerra (…) justificándose, explicando y defendiéndose”, porque “para los demás, nosotros somos el problema”, sigue. “Todo el mundo tiene un amigo gay, una amiga lesbiana, todos están conforme con quien eres siempre y cuando te mantengas en un closet, es decir, ¿tú eres gay?, cool, pero que no se note que eres gay”, añade René, gay desde los 13 años.
Por ahora Daniel y René siguen en su departamento, que ha sido su hogar por nueve años, el cual se encuentra ubicado en un barrio de clase media de Caracas. La pareja continúa en “en pie de guerra” en el conflicto con sus vecinos, el cual escaló durante la pandemia.
Primero, chistes a través del grupo de WhatsApp del condominio. Luego comenzaron los mensajes sobre el “asco” que le daba la homosexualidad, y luego a la violencia que hoy los mantienen en este estado de pánico. Luego de los chistes vinieron la orina de humano, que fue colocada en la puerta de su casa, y también en la manilla de su auto. Un vecino les bloqueó el acceso a su espacio en el estacionamiento. En otra oportunidad violentaron la reja de su departamento con una sierra.
Buscando ayuda
Ante los constantes acosos Daniel se dirige a la iglesia cercana de donde vive, para pedir una misa de concientización, aprovechando, que los vecinos acosadores, asisten a las misas que realiza la iglesia donde pidió ayuda.
Daniel dice que fue a la iglesia porque “sabía que el grupo de personas que me estaba agrediendo iba a misa”. “Decidí ir a hablar con el cura y decirle lo que me estaba pasando”, pero regresando a casa recibió “un palazo en el ojo” por parte de personas que no identificó, relata mientras seca sus lágrimas.
“Por este oído oigo menos… el ojo morado completamente… me dieron golpes”, revive en medio de silencios. El caso está en Fiscalía, pero tardó, porque “básicamente tienes que mostrar la sangre para que la ley te voltee a ver”, agrega René, de 49 años, quién es administrador.
Giovanni Piermattei, de la ONG Venezuela Igualitaria, explica que el acoso vecinal “no es una queja común” que reciba, pero que “no quiere decir que no se viva con frecuencia”. Recuerda, por ejemplo, el caso de una pareja gay en la ciudad de Valencia que “decidió irse del edificio, y del país, antes de formalizar la denuncia”.
La Iglesia católica, mayoritaria en el país, se ha mostrado a favor de leyes que protejan a la comunidad LGBT, aunque mantiene un rechazo rotundo al matrimonio entre parejas del mismo sexo. La Conferencia Episcopal de Venezuela sigue la línea de este discurso, sobre todo en el rechazo al casamiento igualitario.
Una protesta, en agosto del año pasado, exigía justicia al fiscal general Tarek Saab, por el asesinato de 10 personas de la comunidad LGBT durante ese año. Lamentablemente para la comunidad Saab ha manifestado rechazo al matrimonio igualitario, en entrevista concedida al programa “Par de Calvos”, señaló: “La Constitución que yo firmé y aprobamos establece el matrimonio entre un hombre y una mujer, es lo que yo defiendo”.
Ante solicitud de respuestas de La Voz de América, la junta de vecinos denunciada por Daniel y René no entregó respuesta. Por recomendaciones de su abogado, la pareja homosexual, no entregó antecedentes de los agresores para el reportaje.
El anterior caso de denuncia, nos recuerda que Chile tiene un mejor desempeño, que el país caribeño, en políticas LGTB. Así que cuando oigan, a alguna autoridad chilena, alabando al gobierno de la dictadura venezolana, por favor no le crean.
Fuente: LaVozdeAmérica